Hemos comenzado un nuevo año y como siempre en estos primeros dias de Enero me planteo nuevos objetivos, nuevos propósitos . Entre mis propósitos para este 2023 está seguir con mi camino hacia el equilibrio personal , hacia una vida más ecuánime y satisfactoria. Y para ello decidí ampliar mi repertorio de libros de lectura dejando a un lado los libro de autoayuda y profundizando en temas más filosóficos y espirituales; y para ello escogí entre varios libros este pequeño libro escrito por Thubten Chodron titulado “ Corazón abierto, mente lúcida” . He de reconocer que, a priori, mi primera impresión sobre este libro no fue muy halagueña pero me suscitaba curiosidad. Así que me dije: “bueno empecemos el año leyendo este libro si no me gusta lo dejo a un lado y voy a por otro”, pero para mi sorpresa ya en las primeras hojas del libro, más en concreto en la introducción , encontré las siguientes palabras de su Santidad el Dalai Lama que dicen así:
“En este mundo todas las personas y todos los fenómenos se encuentran interrelacionados y son interdependientes. Mi propia paz personal y mi felicidad son asunto mío. Yo soy responsable de ello. Pero la felicidad y la paz de la sociedad entera es un asunto que nos concierne a todos. Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad personal de hacer todo lo que podamos para mejorar nuestro mundo. En este siglo la compasión es una necesidad no un lujo. Los seres humanos somos animales sociales y debemos vivir juntos; nos guste o no. Si carecemos de un corazón bondadoso y compasivo hacia los demás, nuestra misma existencia se verá amenazada. Incluso si decidimos ser egoístas, debemos ser sabiamente egoístas; entendiendo que nuestra subsistencia personal y nuestra felicidad dependen de otros. Por tanto, la bondad y la compasión hacia los demás es esencial.Las abejas y las hormigas no tienen una religión, ni una educación o filosofía de vida; aún así instintivamente cooperan entre sí. Al hacerlo, aseguran la supervivencia de su sociedad y la felicidad de cada individuo dentro de ella. Seguramente nosotros los humanos, que somos más inteligentes y sofisticados, podemos hacer lo mismo. Por tanto, cada uno tiene la responsabilidad individual de ayudar a los demás como pueda. Sin embargo, no deberíamos esperar cambiar el mundo instantáneamente. Mientras no estemos iluminados, nuestras acciones para ayudar a los demás serán limitadas. Sin paz interior es imposible alcanzar la paz en el mundo. Por eso, debemos mejorarnos a nosotros mismos y al mismo tiempo hacer lo que podamos para ayudar a los demás.
-Dalai Lama-
La verdad que estas palabras han sido muy inspiradoras para mí , me han llevado a la reflexión y a plantearme objetivos para este año. Me han hecho darme cuenta de mi ego y de que debo seguir cultivando méritos virtuosos para aliviar el sufrimiento de los demás y mío en beneficio de todos.
El principio de interdependencia me ha ayudado a valorar y dar gracias por la vida que es un regalo. Por ello mi objetivo es desarrollar a diario la fortaleza de la gratitud dando gracias cada mañana al levantarme por todo lo que la vida me ha proporcionado tanto bueno como malo (sobre todo lo malo porque de ello he aprendido más) y como médico eliminar toda queja en mi trabajo y dar las gracias más aún de poder ejercer la profesión con vocación, una profesión que me ha dado satisfacciones y la oportunidad de poder ayudar a los demás, a entender su enfermar y a aliviar sus síntomas.
Cada dia en mi trabajo observo el sufrimiento de la gente ya no solo por la enfermedad ni por el envejecimiento ni por la muerte sino por todas esas emociones y estados aflictivos que nos obstruyen y bloquean relaciones interpersonales sanas tanto laborales como familiares y nos crean más malestar y sufrimiento, lo que deriva en más enfermedad física y psicológica.
A veces me siento frustrada, no solo como médico sino también como persona, porque veo todo ese sufrimiento pero no puedo eliminar por ellos ese sufrimiento insconsciente porque cada uno tiene que descubrir por sí mismo primero, que está sufriendo y segundo, que éso es la causa de todo sus males tanto físicos como emocionales. Si no reconocemos la causa ni el origen de todo nuestro sufrimiento poco podemos hacer para eliminarlo. Observo como mucha gente se aferra a la enfermedad con el único objetivo de sentirse queridos, escuchados, atendidos,…etc por ignorancia. Cada uno tendrá sus motivos que solo puede ser eliminado por uno mismo. El mundo en el que vivimos hoy en día, no nos permite ver ese sufrimiento que no es tan visible ni tan detectable, como el sufrimiento, por ejemplo, por el dolor físico que es más palpable y evidente. El sufrimiento del cambio y del vacío existencial es más difícil de detectar en el ritmo de vida que llevamos porque no nos paramos a reflexionar ni a pensar en ello, en como transcurre nuestra vida ,en nuestras acciones , en nuestra manera de hacer, de decir y de pensar ni de relacionarnos. No somos capaces de ver las repercusiones que tienen nuestras decisiones diarias porque vamos todo el día en piloto automático y eso nos destruye , nos enferma. Vamos todo el día estresados de un lado para otro, haciendo mil tareas, pasando de una ocupación a otra sin pararnos a observar como está nuestro cuerpo, hasta que un día éste (vehículo del alma) pincha y nos deja tirados y tenemos que acabar recurriendo al médico. Ese médico vocacional al que en época pandémica se le vitoreaba y en época actual postpandemia se le critica y desvaloriza porque no llega a cubrir las expectativas actuales de la población.
Y claro está, ese médico agonizante , también es un ser humano que està muy embuido en esta sociedad tecnologica, cambiante y exigente, por lo que también acarrea una buena mochila de sufrimientos tanto propios como ajenos (la de los pacientes) y el estrés le desborda. Pero la sociedad hoy en día no repara en eso y exije al profesional sanitario que de la talla y que esté siempre dispuesto con la sonrisa y la empatia a flor de piel pero eso cada vez es más difícil porque el malestar y sufrimiento social es cada vez más desbordante y lleva al sector médico a rozar la extenuación.
Por eso animo a la reflexión y que cada uno ponga el punto de mira hacia el interior para averiguar que hay dentro de cada uno. Como contribuimos cada uno a la mejora y el bienestar de la sociedad y del mundo. Debemos dirigirnos hacia la introspección y dejar de culpar a los demás y a la sociedad en la que vivimos de nuestros problemas, y cada uno hacerse responsable de lo que le corresponde.
Por ello, ese cambio de enfoque , del exterior al interior, requiere paciencia y valentía porque nos vamos a encontrar con todas las miserias que albergamos y no nos gusta reconocer; todas ellas fruto de nuestro egocentrismo que es lo que nos complica nuestras relaciones interpersonales e intrapersonales y en última instancia nos hace sufrir y enfermar. Y el trabajo al que invito es a ir pelando esas capas de cebolla que envuelven nuestro ser más genuido y verdadero para así lograr con el tiempo descubrir la paz interior.
Si cada uno de nosotros tiene como objetivo diario trabajar en conseguir una versión de sí mismo más bondadosa , altruista y compasiva hacia los demás, seremos capaces de construir un mundo más armonioso, pacífico, colaborativo con el único objetivo de lograr eliminar las causas y condiciones del sufrimiento y alcanzar la felilicidad genuina en beneficio de todos.
Ahí os dejo ese reto, para el que quiera crear las causas y condiciones de su futuro “yo mejorado” y contribuir a mejor el mundo en el que habitamos.
Os deseo un buen año y que alcancéis buenos propósitos.
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